Forjados tipo pi.
Los forjados prefabricados, presentan la ventaja frente a los construidos "in situ" de su mayor industrialización. Sus piezas están sometidas a controles en fábrica que confieren al conjunto un mejor acabado. Sin embargo no son ajenos a la falta de mantenimiento, necesaria en cualquier elemento de construcción.
Dentro de los muchos tipos de forjados prefabricados, se encuentran los forjados a base de losas con forma de la letra griega Π. Están formados por una parte superior de 70 cm. de anchura y unos 7 cm. de grosor, que se complementa con dos nervios perpendiculares a la losa principal, de espesor similar. El canto total de cada pieza suele ser variable en función de la luz a cubrir y las cargas a soportar. Se colocan adosadas unas a otras y se completan con una capa de compresión hormigonada "in situ" que les confiere monolitismo.
Forjado tipo pi. |
Parte inferior de la unión entre dos placas de forjado tipo Π. Se aprecia la oxidación de la armadura de estribado de los dos nervios próximos a la junta. También se aprecia el depósito de carbonato cálcico formando estalactitas en las proximidades de la unión de las piezas. Este depósito se debe a infiltraciones constantes de agua a lo largo de mucho tiempo. El agua al infiltrarse, atraviesa la placa disolviendo el carbonato que contiene el hormigón que la compone. Lo arrastra hasta el punto de goteo, depositándolo en los bordes.
El constante goteo a lo largo del tiempo, forma estalactitas igual que en las cuevas naturales. En el caso de éstas, son los carbonatos contenidos en la roca caliza los que son disueltos. En nuestro caso, son los carbonatos contenidos en el hormigón, uno de cuyos componentes es también la roca caliza.
JUICIO TÉCNICO.
El mantenimiento es importante. Algunos usuarios finales de edificios piensan que, una vez adquiridos por ellos, se han acabado los gastos. Nada menos cierto. Aunque no sea tan grande como el desembolso inicial que supone la compra de una vivienda, se debe prever un cierto gasto periódico de mantenimiento y conservación.
En el caso que nos ocupa, dicho gasto se ha obviado, dando como consecuencia una infiltración generalizada a lo largo de todas las juntas entre las placas que conforman el forjado. Esta infiltración, ha producido un aumento considerable de la humedad ambiente en el recinto, hasta niveles muy superiores a lo normal. Esta humedad constante, sin posibilidad de ventilación, ha provocado la oxidación de las armaduras de las placas de forjado, pese a tratarse de un forjado prefabricado.
REPARACIÓN PROPUESTA.
Difícil. Lo mejor es impermeabilizar la cara superior del forjado para evitar las infiltraciones y procurar una ventilación adecuada del recinto. Una vez garantizada la estanquidad, se deberá actuar sobre las armaduras oxidadas con una protección adecuada a base de una pintura pasivizadora y otra con un componente antioxidante.
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