En contra de la opinión popular, las estructuras se mueven. De hecho, cualquier elemento susceptible de soportar una carga, lo hace a costa de deformarse. Si no se deforma, parte. No resiste. Esta deformación se traduce en movimientos en todas direcciones. En el caso de los pilares, el movimiento natural es de reducción de su longitud. Un pilar sometido a una carga, se hace más corto por efecto de la misma. Parece lógico. Tampoco hablamos de movimientos más allá de unos pocos milímetros.
Los pilares sometidos a momentos flectores, casi todos, además de acortarse en longitud, giran su directriz longitudinal. Flexionan o flectan, al igual que hacen las vigas.
Grieta en forro de pilar. |
DESCRIPCIÓN. Importante grieta en el revestimiento de ladrillo cara vista de un pilar de hormigón. La flexión excesiva del pilar debida a las cargas que soporta, ha provocado su deformación, la cual ha sido transmitida al revestimiento, lo que ha provocado su ruptura.
JUICIO TÉCNICO. Cuando se trasdosa cualquier elemento de la estructura, se debe garantizar la independencia entre éste y el material del trasdosado. Trasdosar es imprescindible para evitar puentes térmicos. La mejor manera que conozco es forrar el elemento estructural con unas planchas de vidrio celular. Interponiendo este elemento se consigue que los movimientos que experimente el pilar no se transmitan al material que lo reviste evitando la patología que se observa en la foto.
REPARACIÓN PROPUESTA. La dimensión de la grieta es demasiado grande como para pensar en su sellado. Mejor demoler el revestimiento y volver a colocarlo, esta vez si, interponiendo un trasdosado de vidrio celular, de 1 o 2 cm. de espesor.
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