Cara buena, cara mala.
Como sabemos, toda pared de ladrillos, incluso de cualquier otro material, presenta una "cara buena" y otra "cara mala".
Esta denominación sirve para distinguir, en el argot de la construcción, el lado en el que se han puesto las reglas para construir una pared, el lado desde donde se ha ejecutado. Ni que decir tiene que es en este lado donde se aprecia la mejor calidad de construcción, dejándose para el otro, teóricamente no visible, los defectos.
Dos paredes con su cara buena y su cara mala. |
DESCRIPCIÓN. Dos paredes distintas, la de la izquierda con la "cara buena" vista y la segunda con la "cara mala".
JUICIO TÉCNICO. Resulta imposible construir una pared con dos "caras buenas". La manera como colocamos las reglas, la cara por la que se ponen los andamios y la imposibilidad física de los operarios por controlar el aspecto que va tomando el trasdós de una pared que están ejecutando, hace imposible que ambas caras presenten el mismo aspecto.
Por otro lado, la irregularidad dimensional de los ladrillos, que miden cada uno lo suyo, pese a estar fabricados de forma idéntica, unido al hecho que las cuerdas sólo se pueden colocar por una de las caras, hace que siempre haya diferencias entre la cara de delante y la cara de detrás de una pared.
Esta circunstancia resulta especialmente útil cuando queremos determinar la propiedad de una pared, tanto si es medianera como si no. No es determinante pero ayuda a formar una opinión razonada que luego se puede apoyar en otros indicios que observemos.
En el caso que nos ocupa, la pared de la izquierda de la foto se ejecutó desde el solar situado frente a ella, es decir, desde el que estaba yo para tomar la foto. En el caso de la otra pared, se ejecutó desde el solar colindante situado detrás de la pared.
Lo que nos indica la foto es que, con bastante probabilidad, la pared de la izquierda pertenece al propietario del solar desde el que se ejecutó, siendo lo contrario para la pared de la derecha.
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