lunes, 6 de agosto de 2012

Pared medianera propia.

¿Si es mía la puedo tirar?

Pues depende, como todo, de lo que ocurra con el colindante.

En ocasiones, la propiedad de una pared medianera, de las situadas perpendiculares a la fachada principal, no está clara. Sucede con frecuencia que algunas viviendas no poseen paredes laterales  propias y se sirven de las de los edificios colindantes para no tener que construirlas. Esta situación, por extraña que resulte, es más común de lo que parece en los cascos históricos de muchas ciudades y pueblos de España. Si os fijáis en los solares cuando se demuele un edificio, no resulta raro ver las paredes laterales de los edificios no demolidos con los azulejos o el papel pintado de las habitaciones del edificio recién demolido.

Hace unas décadas, los recursos económicos eran aún más escasos que en la actualidad y muchos propietarios,  pedían permiso para usar las paredes de sus vecinos para ahorrarse el tener que construir las propias El permiso de los vecinos solía ser verbal y la buena relación y la convivencia hacían el resto. 

La propiedad estaba clara, la pared seguía siendo de los vecinos de los solares laterales. 

Pared medianera
Demolición de pared medianera.
El problema surge cuando uno de los "propietarios" de la pared lateral de una edificación, sobre la que se asientan los acabados de la edificación colindante, decide hacer obras y demoler la pared medianera, teóricamente suya.

Lo que ocurre es lo que se muestra en la foto. La demolición supone que la otra vivienda queda sin protección contra los elementos en tanto en cuanto no se reconstruya la nueva pared.

JUICIO TÉCNICO.
El que primero construye entre medianeras, lleva las de perder siempre. 

Es sabido en el gremio, que al realizar la sustitución  -demolición y nueva construcción- de una edificación entre medianeras, los vecinos de los solares colindantes se aprovecharán de esta circunstancia de la forma que puedan. 

No pasa nada. Se tienen en cuenta estos gastos, normales en cualquier obra, y la promoción sigue adelante.

Pero cuando se usa la soberbia y la sinrazón y se procede a demoler la pared sin llegar antes a un acuerdo con los vecinos de las viviendas colindantes, por el mero hecho de que es propia, hay un problema.

En el caso que os muestro, el promotor, amparándose en la propiedad de la pared procedió a demolerla sin tener en cuenta al colindante. El caso acabó en los tribunales con una condena con costas por su osadía.

Sin entrar en la discusión sobre la propiedad de la pared, la cual en este caso como en otros muchos, no estaba clara, lo cierto es que no se puede privar al vecino del uso de su vivienda porque haya que hacer unas obras en el solar colindante.

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