lunes, 17 de septiembre de 2012

Sustitución de muro de carga por viga metálica.

Conocimientos sobre cálculo de estructuras.

Cuanto menor es la cultura general de un país, con más facilidad se pueden oír juicios de valor sobre cualquier tema, dichos por personal carente de todo conocimiento sobre el mismo.

Cuando vemos titubear a un sabio, preguntado sobre un tema que domina hasta el extremo, nos puede parecer paradójico cómo en la barra de los bares, todo el mundo se atreva a diagnosticar, calcular o proponer soluciones sobre construcción, arquitectura e incluso cálculo de estructuras.

El grado de desconocimiento sobre la materia es general, pues se trata de un árido tema que exige un conocimiento profundo de matemáticas y que se enseña en pocas facultades o escuelas universitarias de nuestro país.

No obstante, los técnicos estamos hartos que se nos cuestionen nuestros cálculos, aduciendo que lo habrían hecho con la mitad o que tiene un primo soldador que sabe mucho del tema de las estructuras... y eso.


Apoyo de viga de cargadero en uno de los extremos.


DESCRIPCIÓN
La imagen muestra la viga colocada en un edificio de cuatro plantas para retirar un muro de carga, fundamental en el conjunto de la estructura. La viga se apoya en dos pilares, situados junto a las medianeras. En la foto se observa uno de ellos.

Alguien debió pensar, puesto que se hizo sin proyecto alguno ni la intervención de ningún técnico, que dos vigas "aguantaban" más que una.
La viga está formada por dos perfiles IPE, superpuestos en vertical.

JUICIO TÉCNICO.
Las vigas conocidas como doble T, tipo IPE, o la antigua IPN, son el resultado de la adaptación del diseño de su geometría a los esfuerzos que deben soportar. Estos esfuerzos, suelen ser los propios de una viga, es decir cargas de cualquier tipo, que generan momentos flectores, y los esfuerzos cortantes derivados de la variación del momento flector a lo largo de la longitud de la pieza.

Simplificando mucho, las alas contribuyen a resistir el momento flector, al situarse más alejadas del centro de gravedad de la sección, mientras que el alma que las une permite resistir el esfuerzo cortante.

La falta de conocimiento del personaje que inspiró esta solución, le hizo pensar que dos son más que uno, lo cual es cierto, pero no resisten el doble que uno, como es el caso.

En efecto, al hacer solidarias, mediante soldadura, las secciones de dos perfiles IPE o IPN, no se consigue que su módulo resistente ante esfuerzos de flexión se duplique, al contrario, el hecho que dos de las alas de los perfiles, se sitúen tan cerca del centro de gravedad del conjunto, hace que, de facto, resulten casi inoperantes, siendo en este caso más un lastre al peso propio, que una sección resistente. Por así decirlo, de las cuatro alas que disponen los perfiles, "resisten" sólo dos. Las de los extremos.

Para que nos entendamos. Si se trata de dos IPE 160, el conjunto se parece más a un IPE 330 pero con las alas la mitad de anchas que este.

Sin hacer cálculos que considero no son necesarios para explicar lo que pretendo, lo cierto es que en el mejor de los casos, el conjunto de perfiles así dispuestos apenas resisten poco más que uno de ellos por separado.

La solución resultó un fracaso y produjo unas flechas en los forjados del edificio y unas grietas en los tabiques de división, de tal dimensión, que fue preciso su refuerzo integral ante el deterioro que presentaban.
Zapatero a tus zapatos.

NOTA FINAL.

Como se puede deducir fácilmente, el motivo por el que se colocaron dos perfiles en vez de uno más grande no es otro que la puesta en obra, dado que pesan mucho menos y resulta más fácil manipularlos.

Mientras un IPE-160 pesa 15.8 Kg./ml., el IPE-330 pesa 49.10 Kg./ml. Más del triple. Dos perfiles superpuestos pesan unos 31.6 Kg./ml. Alguien debió pensar que se ahorraba 17.5 Kg./ml de hierro, y que iba a "resistir" lo mismo.

Lo cierto es que si no hay mata, no hay patata, si se me permite la expresión. Si no hay acero en la sección resistente, la viga no resiste.

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